RELATOS: DE CRIMEN, AMOR Y OTRAS MENTIRAS

 





RELATOS: DE CRIMEN, AMOR Y OTRAS MENTIRAS

Dulce Berenice Caraveo Lora

 

Flor de papel

 

Dentro de una vieja celda de tonos grises hay una mesa de madera -cuyo aspecto rustico evidencia sus años de uso- y apoyándose de esa mesa hay un hombre de mediana edad con una barba de días. Sus dedos, torpemente, trabajan el papel que un guardia le dio. Su respiración denota lo ansioso que se siente por entregar ese detalle y sus ojeras vislumbran los desvelos en los que paso pensando en cómo haría ese regalo. El hombre trabaja, se esfuerza y con una sonrisa casi de oreja a oreja, termina la manualidad: una flor de papel.

 

Cuando el guardia le entrega la comida, el preso le pasa la flor y con palabras rápidas le dice al uniformado:

 

- Es para mi esposa Imelda, que se la entreguen a la brevedad.

 

El guardia mira con desdén al hombre acusado de homicidio, al tipo que, con sus propias manos asesino a su propia suegra, una pobre mujer de casi ochenta años.

 

El prisionero, aun lleno de desbordante felicidad, observa cómo se marcha el uniformado. Cae sobre sus rodillas y ríe al imaginar la reacción de su amada cuando vea el mensaje que va dentro de la flor: “sé que tú lo hiciste, que tú la mataste y que luego me culpaste. Ahora, no solo sentirás la culpa por asesinar a tu senil madre, sino que, además, por el resto de tu vida, la sensación de que por tu culpa yo también me aventuré a morir, rondará por tu cabeza.

 

 

 

 

 

Flor de metal

 

Cierto día una princesa de ojos café, luminosos como el cacao, quiso salir a pasear fuera de su opulento palacio. Pidió a su padre -el elegante, pero soberbio rey- y a su madre - la hermosa, pero déspota reina- que la dejaran salir sola, sin guardias que la cuidaran, sin sombras que estuvieran vigilando cada paso que ella diera.

 

Su padre, dudoso de que su niña saliera a rodearse de gente menos valiosa o que desdichadamente conociera a un chico pobre y se enamorará de él, pidió a sus hombres de confianza que eligieran al guardia en el que más confiaran. La mayoría hizo mención del joven Luca, un delgado, no muy atractivo, pero muy leal guerrero. El rey, seguro de que ese chico no sería un inconveniente, dio el permiso.

 

Guardia y princesa salieron a recorrer el pueblo a caballo, él con una mano en la correa y otra en la de ella. Ella, con la cara recostada en la espalda de él -el amor de su vida- sonreía contenta de que los demás guardias ayudaran a que ellos pudieran estar un momento juntos, amaba estar con su enamorado, aquél con una flor grabada en su armadura: una flor de metal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Flor de esperanza

 

Año 2100. Expedición 13AX. Zona 9. Comandante García.

 

- Hola, ¿alguien me escucha?, ¿base están ahí? Habla el comandante García, parte de la expedición 13AX. Necesito que me escuchen estoy con mi escuadrón en la zona 9, hemos entrado a un lugar restringido, sí… sé que estuvo mal, pero ha valido la pena porque encontramos algo muy valioso, algo que puede dar esperanza a la humanidad.

 

García suspira frustrado al no recibir respuesta. Ajusta su casco el cual se conecta con su traje; de ahí es donde las personas que se animan a salir de la copula reciben oxígeno. Y es que después de que las guerras acabaran con casi todo el planeta con la bomba Fx23, el gas que soltó acabó con los árboles y dejó el suelo inservible para plantar de nuevo, lo que provocó que los sobrevivientes crearan un traje especial con su propio generador de oxígeno.

 

El comandante habló de nuevo por el intercomunicador y esta vez sí obtuvo respuesta:

 

- Aquí base, ¿qué es lo que dice que encontró?

 

- ¡Una esperanza señores! Esto parece imposible de creer, pero al llegar vimos una flor creciendo en la punta de una montaña. Aguarde no cuelgue, esto no es broma. Escalamos la montaña y como un sueño vimos hileras de árboles y plantas creciendo. Solo que se ocultan tras las montañas. Base, espero que me sigan escuchando, lo que les voy a decir a continuación es la mejor parte, el soldado Gómez se quitó el casco y ¡Pudo respirar! Hay oxígeno en esta zona.

 

- Comandante García, usted tiene familia, ¿verdad?

 

- Sí, así es. - Les diremos que fue un héroe al salir de expedición en zonas inhóspitas. No sé si entienda, pero por algo ese lugar está restringido, si el mundo se entera de que ya es posible vivir fuera de la copula, los líderes perderían el control que poseen sobre la humanidad.

 

García, confundido, miró hacia su escuadrón solo para ver como hombres armados los asesinaban sin piedad, una bala le atravesó el pecho y cayó en la oscuridad. Su último pensamiento fue que el precio de la verdad se cobra muy caro. Sobre todo, cuando sabes que la flor de esperanza vive.

 

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